Con mis ojos abiertos a la luz de la verdad,
una verdad gris diluida en espasmos de obsesión,
te aseguro que no lo esperaba,
que iluso,
creer que algo en la vida era perfecto,
más perfecto que estar en tus sueños.
Todo era tan evidente que frente a mis ojos no lo vi,
tan real que lo creí falso,
tan ajeno a mis decisiones que yo mismo lo hice,
tan personal que todo el mundo lo supo,
tan nuestro que había una multitud entre nosotros.
Espero que no sea un final,
sino un nuevo comienzo, que no sea un problema,
sino una solución diferente.