Acerca al rubí arrogante
A galope en tus sentidos,
Atisba el deleite de su carmín en tu boca y
Contempla su cristal embadurnado de rojos
como una ventana vestida de arreboles.
Una vez estimado el crepúsculo de su copa
Apreciad el silencio y el grito de su aroma
Ese que sostiene el perfume de la noche larga
y el que anida el canto de los corazones.
¡Se paciente! ¡Deja que el desespero te alcance!
Que la noche y al amor son largos
Y no hay simulacros que el tiempo nos venda
Deja que los rumores de la brisa
Ese que nos trae en silencio el aroma de agua cristalina
Nos bañe y nos sumerja eternos.
Y que se haga el afán incontenible,
Y la pasión te moje hasta los dedos
Sea entonces. Viste tus labios de gala
Y lleva el zumo de la fruta
Ese que lleva y cuaja los aromas del campo,
Calza las veredas de tu vista
Y acércalos ha hacer cateo de tu boca
Que al fin, es ella quien opina de tus labios
¡Sorbo a sorbo! ¡Gota a gota!
Embriagamos nos hasta que el cielo sea un suspiro
Y tus labios sean un vino añejo.