(cualquier parecido con el poema de Gabriela Mistral
es sólo mera coincidencia
Es verdad hay besos excesivos
que callados, se dan en noche extrema,
pero están simplemente ya cautivos
en los renglones de un poema.
También hay besos que en traición se exhiben
y no saben amar…¡y son tan vanos!,
pues ellos en el malaje sobre viven
sabiendo que su maldad es sobrehumano.
También los hay eróticos con un toque pasional
que no queda a la deriva ni se olvida;
es mirar a través de un vendaval
dándose cuenta del vacío que es ya su vida.
¡Y qué decir! De ese beso que es robado
(que no se pide tal vez ni restituye)
Ese ósculo que en fin…deja impregnado
el labio de un recuerdo que en él bulle.
O el beso repartido (siniestro) en algún seno
dejando su sabor en el pezón erguido
beso quizás… blando y obsceno
¡pero un beso como ese: es bien venido!
Pero yo tengo un beso guardado entre mis cosas
tal vez es cursi –el recordar su armiño-
¡es de mi madre! Y aún aroma como rosas
después de aquellos años que fui niño.
Incluso de algunas putas conservo sus besos
que por un momento creí en su gran apego;
¡pero no las culpo! Viví grandes excesos
aunque su amor fue falso –no lo niego-
Pero hay uno que me hierve y me degrada
¡que lastima sin piedad! Es aquél beso
de aquella amante que jugó cuando besaba
con mentiras mi boca y mi sexo.
Pero hay uno que tengo reservado. ¡Yo lo entiendo!
Lo estoy guardando por sí te vuelvo a ver
pues mis labios de amor están hirviendo
y saben que este beso a tu boca ha de volver.
Hay uno más que esta triste y ha llorado
porque sabe que esa boca jamás ha de besar…,
es un beso tan puro y extasiado
que si ella lo supiera -no sé si lo habría amado-
Y si yo lo dijese…¡No sé si podré amar!