Ya no pienso en el pasado
sólo disfruto el presente,
no me importa si has logrado
que mi amor por ti se ausente.
Dónde se fue nuestra dicha
que se escapó como el viento,
después de tanta desdicha
no sé por qué tu lamento.
Mi cariño amplio y sincero
te lo juré en el altar,
lo demostré con esmero
amándote sin cesar.
Pero estaba en el destino
la mal llamada rutina,
que hizo pesado el camino
para alcanzar la colina.
Allí habitan dos retoños
con un incierto futuro,
donde sobrarán otoños
para disfrutar ¡Lo juro!
María B Núñez