Me duele el corazón, de tanto amarte,
tu nombre en las estrellas veo escrito;
y en la luz de tus ojos infinitos,
se incendia mi pasión al contemplarte.
Se iluminan mis labios al llamarte,
si te nombra mi voz se vuelve grito;
porque para vivir, te necesito,
y sólo se soñar para soñarte.
Cada vez que mi pecho enamorado,
palpita con tu mágica cadencia,
me infunde nueva vida tu presencia...
Y me siento más hombre, si a tu lado,
descubro firmamentos constelados,
abriendo un paraíso en mi existencia...