Johnny Mad Hatter

Agonía


Lluvia de agosto, suave susurro en mi ventana, con olor húmedo enfrías mis huesos y me abandono a la soledad de esta botella de ron.

Rompo el ánimo de llorar, mis ojos tienen años gastados, y mi alma un rato largo usada, tengo el corazón hecho jirones, siento tanto frío.

Ayer pensé tener una pesadilla, hoy son recuerdos y no sueños, hoy vivo, muero y siento, escribo con sangre y desollo mi alma.

Casi yo, casi otro, casi me cuesta respirar.

No puedo abrir los ojos, están sellados para no ver maldad.

Calma mi sed con el aliento de tu boca, te necesito, te espere cada noche como faro al alba.

Te extraño.

Cada instante es más oscuro que el anterior, pero creo que hay una luz, o tal vez estoy enloqueciendo, no puedo equivocarme.

Parece un túnel, parece calido, es incoherente, veo luz.

Estoy mojado en sudor, pero es muy rojo, es muy calido, sangro asta el alma. 

Poco a poco mi aliento de alcohol se seca, mi pulso se eleva, luego baja, ya no existo.

Toda esta en calma, todo esta frío, ya no siento, ya no respiro, ya no muero, ya no puedo seguir sosteniendo las hojillas en mis manos.

Y el sol raya la mañana, al fin; a lo lejos, muy lejos las sirenas de ambulancia, hombres de blanco, no los veo, no los respiro y veo tu cara, tus manos me acarician, me elevan, me matan.

De repente hay gente, ojos curiosos, mas hombres de blanco, no me tocan, solo cierran sobre mi una larga cremallera…