Sono el telefono,
rompiendo el silencio
que en el desvan reinaba ,
y fue la cadencia
en que tu voz decia
palabras pausadas ,
propuesta violeta
que abria mi herida . . .
Me quede callado ,
no tenia prisa ,
volver a empezar,
avivar el fuego ,
apenas algunas brazas ,
el resto solo cenizas ,
que lejos parece todo ,
mientras me hablas
recuerdo
y el corazon ya no late
le teme al deseo tonto
de la tonta fantasia . . .
Mañana
hemos de encontrarnos ,
cerca del puente
en la plaza ,
tu llevaras esa falda
que mis manos recorrian,
yo la chaqueta negra ,
para morir
siempre hay tiempo ,
para VIVIR
¡¡HOY QUERIDA !! ...
Intentemoslo
Que no se note
la herida ...
Hugo López Penelas