Ella lo amaba, sabía hacerlo sentir hombre
Manejaba su experiencia en cada noche
Él un muchacho que importaba el nombre
Con él hacía de caricias derroche.
Lo amaba si, lo amaba, hasta el delirio
En cada entrega dejaba su alma impresa
Pero ser mayor que él era su martirio
Y qué podía hacer, en su pasión estaba presa.
Se contemplaba en el espejo cada día
Con temor de las líneas de expresión,
Que los años la acosaban sentía
No quería ser para él, una decepción.
Pero fue en vano tanto amor entregado
Un día él, nunca más apareció,
Quedó su gran amor en el olvido archivado
Y en la vía del dolor su pasión pereció.