Como se va perdiendo una tenue voz
Pasos errantes de un viajero a la lejanía
Correr en círculos con caminar veloz
Creando tornados que arrasan los días
Fulgores de ingenio que surgen inesperados
De un solo pensamiento repetido mil veces
Y entre mil respuestas distintas de lo preguntado
Todas se esfuman mientras una permanece
El caminante a sus rumbos encuentra
Después de tantas noches sin descanso
Cuando su verdad en sus manos ostenta
En tormenta que se ha vuelto un río manso
Cuantos delirios y abandono en el trayecto
Cuantos golpes de su puño aguantó el suelo
Millares de ideas borradas como espectros
Para que una sola de ellas alzara el vuelo
Las crueles manecillas de un reloj sin frenos
Que atormentaron tímpanos tan lacerados
Perdidos en su propio pasar ante la indiferencia
De un pensador herido que luz ha encontrado
Cuando el rechinar de los dientes se ha detenido
Por imposibles que ante ojos crédulos han pasado
Y ahora embebidos en lágrimas que han parido
Ven al cielo con bríos desafiantes y determinados
Un alma resucitada de la tumba en la que yacía
Regresa al cuerpo que se negó a abandonarla
Pues mientras el mundo que lo rodeaba se diluía
Emprendió una lucha eterna para encontrarla
Como un alquimista que ha vuelto oro al carbón
Como destilando agua de secos granos de arena
Volando hacia el sol con simples alas de cartón
Entre nubes blanquecinas de una mañana serena
Lanzando una cadena hacia el ingenuo firmamento
Bajando los castillos que en sus dominios se fundaron
Para ir volviendo real cada bloque desde sus cimientos
Con el sudor de la frente en que los sueños se alojaron
La gracia del segundo en el que la mirada alcanza
A divisar la pieza que encaja en el cuadro restante
Completando un rompecabezas lleno de añoranzas
Descanso de quien por fin deja de sentirse ignorante
Abrazo entre el que se atreve a entregar la vida
Por descubrir la verdad que acecha en las sombras
Y aquella sombra que le ha causado la herida
Qué vuelta cicatriz ha ido marcando su historia.
Andrés Ruiz H.