Querida Ilse:
Me gustas mucho, prima. Me atraes, me fascinas. Te lo he dado a entender de muchas formas, menos con palabras. Quisiera saber si me correspondes. Noto ciertos indicios en ti, pero necesito estar seguro.
Deseo estar junto a ti y de una vez saber a qué huele tu sexo después de ser entregado a mi sordidez.
Desde hace tiempo te tengo el ojo puesto. Eres hermosa, tienes un trato especial conmigo y estás buena para amar. Te conocí ya de grande y me gustaste desde la primera vez que te vi. Disfruto todos los momentos que paso contigo. Desde que te conocí, tu papá es mi tio favorito. Visito la casa de ustedes con mas frecuencia que las otras. Es por ti, porque te quiero ver y tenerte cerca. Eres simpática y abierta conmigo. Hemos compartido buenos ratos, pero nunca hemos estado juntos a solas. Eso es lo que quiero.
En todo momento andas fresca, desnuda y oferente, desordenando mis ideas en el dia, y profundo en la noche.
Sé que te gusta la poesía. Sé muchas cosas de ti que no me has contado. Por ejemplo: No tienes novio, a pesar de la cantidad de buitres que te revolotean. Los rechazas, pero creo que a mí me ves distinto. Nunca has faltado a una salida o reunión a la que yo vaya, a pesar que, si hago un avance y te toco con cualquier excusa, te retiras. No me has retirado el saludo, no me has reclamado mi actitud ni me has delatado.
Un poema hecho carne y deseo es lo que quiero grabar en tus adentros.
Recuerdo la fiesta de año nuevo, cuando fuimos con los amigos a la discoteca. Tuve el placer de bailar pegado a ti, de sentir la fragancia de tu piel sudorosa, recostar mi miembro a tu monte prominente. Cuando te llevé a tu casa logré robarte algunos besos y caricias, pero me cortaste el vuelo. Terminé encendido y frustrado, buscando alivio por mi propia mano.
Tu flor anegada como producto de la cópula será la ofrenda abierta que aleje el pesar de tus tierras.
Siempre dices que no estás lista, que si la familia, son todas excusas. Me has dado a probar brevemente de tus labios y permanecer abrazados unos instantes. Cada vez que pienso en tenerte me viene una erección. Ya estoy loco, ardiendo de ganas. Presiento que algún dia te apiadarás de mi. Presiento que el sexo contigo será extraordinario. Lo veo en tu forma de caminar, cómo bailas, cómo bajas la mirada. Todo en ti rezuma atractivo.
Dominado y lacerado por el morbo que tú despiertas, mi cuerpo sediento pide alivio, alivio, quiero tu alivio.
He sido franco contigo. Necesito saber tu respuesta. Voy a pasar hoy en la tarde por tu casa. Sé que estarás sola, así podremos charlar con calma, sin que nadie se inmiscuya. Y tal vez, tal vez...
Selenio