Escribo en estas frases cual poeta
la inspiración del hombre enamorado
que camina por todas las estrellas
recogiendo las huellas del pasado.
Sin preámbulos aquí digo que la quiero,
ocultándome en las lágrimas del llanto,
de un pasado clavado en mi presente
porque en silencio aún la sigo amando.
No he construido el refugio de mis versos.
Sin embargo, la historia se repite.
Y porque una y mil veces en ella pienso
sobre ella he construido mi escondite.
Su mirada clavada en mis sentidos
dibuja sobre sombras que no existen
la presencia del olvido que es su amigo
arrastrándome a un destino triste.
He intentado olvidarla y más la quiero.
Ella habita en los suspiros de mi alma
cuando me encuentro esclavo del recuerdo,
cuando la miro presente en cada lágrima.
A pesar de haber bebido de sus labios
la fragancia de mujer idolatrada
mis labios la desean angustiosos
como a la única gloria en mil batallas.
La tristeza que siento por quererla
me quebranta al verla en otros brazos;
es descubrir lo imposible de tenerla,
es escribir en sus ojos mis presagios.
Su voz ya impregnada en el tiempo
me arrastra por las hieles de la vida.
Señor, ¿por qué no puedo olvidarla?
¿¡Por qué… por qué no sana esta herida!?
No me aferro a la idea de tenerla
si tenerla no está escrito en mi destino.
Sólo al tiempo entrego el sentimiento
que ha hecho de mí un alma en pena.
Lo que digo son lágrimas del hombre
que escribe con ellas su infortunio
encerrado en los latidos del silencio
en la oscura frialdad de la noche.
Si por haberme cruzado en su camino
o existir en una vida equivocada,
el destino me puso esta condena
en el templo del amor, mi alma es velada.
Y si ya muerto aún la quiero mía
no estaré frente al odio que me tiene,
no es mi culpa. Si amarla es mi destino,
estoy pagando lo que siento, con creces.
Seguiré mi sendero por la vida
llevando este amor en mi alma
hasta el infinito azul de tristeza,
hasta la eterna prisión de quien ama.
Dejo aquí dormida entre sus manos
mi esperanza de fe inquebrantable
en el sueño jamás realizado,
en el dolor de un amor perdurable.
La llevaré finalmente al olvido
allá donde ahora me encuentro
buscando su amor que he perdido,
amando y muriendo por dentro.
J.N.Q.