He conocido a una niña,
que es rubia como un trigal
tiene los ojos azules
y es mi luz y mi vedad.
No puedo decir su nombre,
y aunque le doblo en la edad
me hace perder el sentido
tan solo con su mirada.
Ella es mi corazón
y la luz que a mí me alumbra
ella es mi atardecer
también mi estrella del alba
cuando me da su querer.
Sus besos de caramelos
saben a menta y limos
sus ojos azules lagos
donde se baña mi amor.
Sus palabrita de mor
embrujan a mi corazón
sus pechos fresas salvajes,
cuando hacemos el amor.
Autor. Joaquín Méndez.
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09/06/11.