¡Qué difícil es conversar así! sacándole al silencio clavos esenciales. Se desnuda el aire y cae al piso como ropas enemigas. La anemia de las palabras abren sarcófagos imaginarios, pero reales. Nunca imaginé poder ver mis palabras en procesión, están tan tristes que aborrecen su parto deslucido, querían el eco miel de tu oído, tus cavernas de carne de abril.
¡Qué difícil! Derramar mis ecos en este silencio devorante, es una casa invivible, pero intacta. Se desploman mis vocales por esta espada silenciosa, imaginaria, pero real. ¡Qué difícil es conversar así! Con otras personas, emigran mis vocales como calandrias decepcionadas, con 4 nortes falsos. ¡Qué difícil es conversar, sin ti!
LRL
8-6-2011