Es extraño nada queda
del dolor devastado,
¡nada queda!
Sólo tus cosas
tus papeles de notas
…quizás tus palabras
y la sombra de tu gesto
en la mesa.
Se acerca la fecha de abrazarte
¡y no estás…!
¿Qué obsequio puedo darte Padre mío….?
Sólo tengo la oración
que aprendí desde niño.
Nada queda…
Después de dos años -nada queda-
(mi madre
tus nietos
tu nuera y tus dos hijos te perpetúan)
Pero nada queda ya
sólo la hojarasca
esparcida por la brisa
del recuerdo.
Un año más en que transito por tus pasos
en que mis preguntas no tienen respuesta
-pero heme aquí sin una lágrima
te inmortalizan mi brazo
y mi cansancio-
¡es increíble como pasan las años
y aún así nada queda…!
Nada queda de ese ayer
cuando tus cenizas depositamos en el nicho
(estábamos mi madre
tus hijos –tus nietos-
y tu nuera)
Algunos otros que no me acuerdo
pero me felicito
porque para mí no es un día –en que no estás-
Al contrario estas aquí
por eso te recuerdo.