bonifacio

María

María

tu nombre me sabe a dulce melancolía

cantar en tu lecho magno me gustaría

beberme toda la sangría

de tu cáliz rebosante de aguas del Guadalquivir.

 

Tu nombre me sabe a sal y sabiduría

no debo pensar en ti

pero sigue siendo mía

esta inspiración impía

que siempre dejas en mi.

 

María

luciérnaga de la noche

que enciende la luz de un bosque

y lo pintas de rubí

que nunca estarás aquí

en mi pecho que te ansía

es una verdad tan grande como la vía

hacia el mismo infinto

que brilla como un candil

en mis noches de agonía.

 

Tus versos son la raíz

que en mustias tierras baldías

hacen danzar al colibrí

y las siembras de ambrosías

cual si fueras un serafín.

 

El día llega por fín

desnudo de fantasías

te tuve y te perdí.

 

María

tu nombre me llega fresco de lozanías

bendita es tu poesía

y todo lo de ti.