Tan enamorado me sentía, al ver tus sonrientes ojos, que el destello del brillo,
me hizo escuchar, como el Amor, está, aún cuando no se dice y no lo escuchas .
Asi la monumental Roca, llamaba al Mar; amado mío ven, qiero sentir tus
brazos frescos , siempre vigorozos y nuevos; el calor de mi amor, te necesita ,
ven bésame, donde te complazca; yo tú Amada, te espero , en llamas; ... El mar
al escuchar esas palabras, Apasionado de amor, alzó sus Olas de prisa y como
un noble caballero , con su manto de frescura, cubrió a su amada en toda
su dimensión , y ya no vi que sucedió, donde la blanca espuma surgía , ni que
se decían ; lo que si puedo, decir, que esa mañana; el Amor estaba , en el Mar
y en mi blanca sábana.