Jamás olvidare el día
que salió mi padre
hacía América.
Era un ensueño
de viejo castellano,
cuando nos dejo,
en la casa
sola y verma.
Hoy con canas
el hijo que yo fui,
entre angustias
de ganas de saber,
mi voluntad
me lleva
hasta la Pampa,
para encontrar
la tumba
del querer.
El emigrarte
murió sin mi cariño,
y yo quiero besar
su tumba yerma.
Argentina y su pampa
de horizontes,
cobijo fue
para mi ansia seca.
Allí quedo su cuerpo
tieso y frio,
bajo dos palmos
de tierra raspinegra.
Nunca pudo volver
para abrazarnos,
porque Argentina
al español aprieta.
Ahora estará ya
junto a mi madre,
en el Paraíso de amor,
de las dos tierras.
Argentina y España,
se hermanaron,
esperando
al hijo anciano,
cuando muera.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
10 de junio del 2011