Mientras camino por la vereda, la luna ilumina mi andar,
trayendo el recuerdo de tu alma, recordando los sueños,
y la esperanza de estar a tu lado, añorando el momento,
cuando por fin cumplamos; vivamos los ratos juntos, apilando,
los deseos plasmados, por el tiempo y distancia,
cuando al cabo nos sintamos sin tapujos y falsos temores.
cuando mi aliento camine, con suavidad por tu piel,
cuando mis manos descubran con suavidad tu tersura,
al dejarte desnuda ante mi extasiada mirada,
saliendo los dulces reclamos de nuestros espíritus,
ante el gozo de poder fundirnos en un solo ser,
siento como fervientemente, reclamas todo de mí,
queriendo probar y saborear el ferviente calor,
emanado por el roce aterciopelado de nuestras manos,
sentir el movimiento acompasado de nuestros cuerpos,
sedientos el uno del otro, dejando atrás, los tiempos,
recuperando los momentos de ausencia, de lejanía,
cumpliendo y haciendo realidad, los sueños, las ilusiones,
olvidando los silencios, las agonías, despertando,
de las pesadillas, volviendo en hermosos jardines,
llenos de vida, los hoy desiertos, dejándonos llevar,
por el huracán que se convierte nuestro encuentro,
despertando ardientemente, nuestra esperanza,
seguir la luz de la nueva vereda, que el destino,
nos depara para el mañana, que es nuestro hoy.