No me importa el momento ni el tiempo del
verbo.
No sé definir entre realidad o sueño.
Entre recuerdo o fantasía.
Solo sé que estás ahí, tan cerca que puedo
sentir tu aliento chocar contra mi rostro.
Tus labios húmedos buscar los míos.
Tus manos ya están subiendo esa corta tela
que cubre mis nalgas, un suave masaje .
Las caricias, las miradas, el recorrernos enteros
palpando cada centímetro de la piel .
Los entrecortados gemidos en medio de cada
postura, de cada movimiento.
Mis cabellos enmarcando mi rostro encima de ti.
Tus dedos presionando sobre mis rosadas
aureolas, acariciando con suaves golpes mis
pezones erectos.
El calor, la locura, la aceleración,
El pensamiento, la imaginación, la pérdida de la
conciencia, la entrega total.
Y después mi cabeza apoyada en tu pecho,
mientras tu mano acaricia mi cabello y mis
labios mordisquean suave esa diminuta aureola
que define tu pecho.
Nuestros ojos se hablan, nuestras bocas se
dicen, nuestras mentes se comunican…
Tu eres , mi cielo,mi amante, ese que viene
cuando no puedo más, que acude a mi incesante
y eterna llamada.