Siempre surge el espectro
un minuto antes de que el mundo
explote en mil pedazos…
El lugar de tus pretensiones es un látigo
ya que nos envuelven las manos de excremento
y nos observan los ojos hediondos
del taimado diablo.
Invariablemente sueño con hipócritas famélicos
cuando el sol se muestra como un aerolito enclenque
que requiere almas nobles para apaciguar
la ambición de los perversos hombres.