No me pidas Señor que yo la olvide,
ella fue buena, caritativa, humilde,
si dejó de amarme no es culpable,
los malos pensamientos la acabaron.
El decir de la gente laceraron,
el tierno corazón que ella tenía,
y junto a él también mataron,
al gran amor que ella sentía.
Yo muchas veces decidido y firme,
le di a entender que era mentira,
y ella arañando como fiera,
huyo de mí dejando mi alma.
Por eso hoy Señor, tu no permitas,
que mi castigo cruel llegue al desprecio,
ella se marchó, hoy tiene precio,
mi frío corazón tierno y amante.
No quisiera recordar lo sucedido,
con toda mi fuerza quise evitar su partida,
y ella sin importarle mi herida,
dándome un beso me dejo dormido.
Por eso hay Señor de Señores,
al recordarlo evoco mi plegaria,
y queriendo olvidarlo todo,
dale el perdón Señor, dale la calma.
Y no permitas que yo la olvide,
porque es muy grande aun mi corazón,
y si ella regresar te pide,
dile que vuelva, le daré mi perdón.
Pero eso sí Señor, te lo suplico,
si muere ella antes que llegue a mí,
dame la suerte de cerrar sus grandes ojos,
y daré así la paz a su fría alma.