pakiwuay

Desgana

 

 

 

En mi vientre plantaste un rododendro

que hoy se seca  por  olvido, por desgana,

y mis manos deshojan  blancas margaritas

que alfombran el suelo burlonas sí, no, sí, no

Qué ha de ser en el futuro de mis sueños…

de las ansias que ostenté en  retenerlos

hastiada de librar arduas batallas

contemplo fríamente la blanca pared

perdida irremisiblemente la mirada.