Me encuentro como en tantas ocasiones
Pensando una vez más acerca de todo
Un todo vuelto nada entre las desviaciones
Llevado a ningún lugar, un sinfín avizoro
Descanso en recuerdos de tiempos sencillos
Jugando en un parque que quizá ya no este
Voy declamando un reconfortante estribillo
Para transportarme a un momento que se fue
Recostado en praderas con ilusión en el rostro
Con imaginación intacta mirando a las nubes
Creando siluetas de parajes que desconozco
Sin mirar hacia abajo; a la realidad se elude
Esos instantes serenos que fueron sacrificados
Para llegar a un futuro que parecía espejismo
Envuelto en perfumes y asombrosas promesas
Diluidas de a poco al acercarse hacia el abismo
Caminando a un lugar saturado con mentiras
El estribillo se ha ido borrando de mi corazón
Cuando aquella inocencia de un alma niña
Ha sido consumida por la frialdad de la razón
Aquellas nubes han desaparecido del cielo
Y las siluetas han ido adquiriendo contenido
Con una mirada atada a observar al suelo
Me pregunto si ese sacrificio tuvo sentido
Un precio se fue marcando en nuestra cabeza
Y la vida nos fue comprando nuestras ilusiones
A cambio de sobrevivir en la jungla de cemento
Le hemos ido vendiendo nuestras canciones
Hemos sido comprados, nos volvimos esclavos
De a poco se fueron llevando nuestros anhelos
A renunciar a la inocencia fuimos obligados
Hemos sido engañados y mordimos el anzuelo
Tardía respuesta nos llega al tomar conciencia
E intentamos correr hacia aquellos prados
En donde dejamos abandonada a la inocencia
Por aventurarnos hacia un mundo depravado
Pero aquel niño que miraba hacia las nubes
Hace mucho olvido el camino de regreso
Y esa alma niña que en la realidad se percude
Fue reducida a volverse lagrimas de otro preso.
Andrés Ruiz H.