Desciende el cielo
a besar la playa,
encendiendo el rubor
de nubes blancas,
resplandeciendo
en el horizonte
el color escarlata
de los labios.
Viste la mar
azules gasas
y se encrespan
las olas cuando se alzan
y una bandada
de gaviotas negras
surcando el espacio
emprenden vuelo...
dejando una estela
allí plasmada...
de colores fluorescentes,
dejando el reflejo en el espejo
del piélago, que mis sueños mece.
La tarde cae en trance...
el crepúsculo se va acercando
con un cargamento
de luceros matizados,
para engalanar
la noche soberana,
la que estará de fiesta
porque tú llegas mañana.
Esperándote estoy amado mío,
para construir contigo
un nuevo nido…
Quiero que te pongas el abrigo...
que con estambres de amor,
yo te he zurcido...
el que te calentará en el crudo invierno,
los sueños, los anhelos
y por si acaso,
en el alma llegarás a sentir frío.
Felina