Corazón loco, ¡no pares!
que tus pasos son eternos.
Que tu sonido gigante
sólo se fragmente en ecos…
en latidos de ilusión,
en compases de recuerdos.
Que la sangre que proyectas
recorra todo tu cuerpo
y vivifique tu alma,
con la fuerza del deseo.
¡No pares, corazón loco!
que aún no ha llegado el momento
de reencarnar otra vida,
de buscar tu “yo” gemelo.
Mantén tus venas calientes,
que aún te resta mucho invierno,
que la estación de las flores
sigue dormida en el tiempo.
Aún no ha llegado la hora
de que al fin guardes silencio.
¡Corazón loco, no pares!
¡Sigue… sigue corriendo!
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