¿Sabes a veces he pensado en la muerte?
En esa muerte lenta –cuando el amor se acaba-
Porque si nadie sabe lo que yo te adoraba
por eso nadie sabe lo que sufro al no verte.
Quizás a otro hombre le divulgues mi ausencia
y le dejes mis besos como una despedida…,
pero yo te lo digo en base a mi experiencia
que si más me desprecias menos tu sed me olvida.
Yo sé que es imprudente mirarte desde lejos
verte pasear sin mi brazo y mi abrigo
-pues me vienen recuerdos tan brunos como viejos
que en lugar de odiarte me duele tu castigo-
¿Cómo estarán los cines donde toqué tu mano?
O el café de la tarde o el beso que no olvido…,
quizás para ti todo aquello fue tan vano
en cambio yo no puedo decir que te he perdido.
Que hermosa te veías cuando la noche anclaba
cuando tu mano se tornaba en mi brazo.
¿Y si todo entonces para ti no fue nada?
Para mí fue un rotundo e imperioso fracaso.