Cantantes sin su voz,
letristas sin sonidos,
gallos de madrugada vibrando a cuatro vientos
la flor del sentimiento desplegando su espina.
Pintores intimistas
artesanos del verbo
nudistas de una playa hecha de amor y celo
trovadores con armas de espiritus de acero
juglares emergentes con pretención de artistas.
Dolores y esperanzas,
felicidad extrema,
la rebelión en calma la fe sobre la pena.
La luz sobre la noche, la noche sobre el alba;
y en el parir un alma que habita en un poema.