Clava tus palabras
en mi pecho inerte
como daga espina
que sentencia muerte
Lanza tus miradas
contra mi pupila
como cien puñales
que mi amor trasquila
Y si luego sientes
algo de clemencia
déjame cien fuegos
como vaga herencia.
Dame un beso frío
que sea mi sentencia
el amor vestido
con tu displicencia