Pablo Diaz

Nocturnal.

Agoniza, la tarde. El

crepúsculo, trae en sus

gafas oscuras, pintado el

funeral de un pedazo del

  día y enmarca, en su

mirar, los débiles reflejos

de un sol que ya se

ausenta.  

 

Murió la tarde, de rabia,

 sin que dejara penas; sus

 ojos abría y abría algo así

como enfadada y, aunque

nunca dijo nada,

mostrábase angustiada

porque la inmensa

negrura su mirada

 apagaba.

 

El afloro de la noche, hizo

que cambiara todo;

sepultó con su sonrisa a

todo un día, ya viejo,

renombrando el

surgimiento de espacio

real de tiempo y localizó a

la luna que se encontraba

extraviada.

 

Murió la tarde y no hay

 duelo; al contrario, todos

se visten de fiesta o se van

a descansar, todo es risa y

 alegría por ver la noche

llegar, porque comience la

 luna a enamorar a su

mar.

 

PABEDIZ…

13/06/2011