Mientras anochece, y se oculta el sol,
mi destino se ennegrece, cuan noche,
sin luna ni estrellas, solo negrura en mí,
se acabaron los sueños, ya no hay luz,
me sumo en la noche eterna para el alma.
Ayer había esperanza e ilusiones lejanas,
hoy solo hay soledad, el mortal silencio,
la vida cambia en un segundo, eterno,
el tiempo paraliza al corazón y amarga,
ya da igual el porvenir, si ya no existe.
Como llego, se fue, se acabo en un eclipse,
que dura por toda la vida, que queda vana,
se llevo lo único que me quedaba, mi alma,
hoy camino sin sentido, sin rumbo y sin vida,
ya no hay nada, solo una soledad innata.
Hoy solo me quedan de ti, tus lágrimas,
tus gotas de sal que me diste al partir,
hoy solo, cuento en mi soledad, esas joyas,
que dejaste tatuadas en mi espíritu,
solo tengo tus lagrimas de cristal.