irving rodriguez

poema I

¡Oh! Dulce amor, déjame escribir

sobre tu piel, la cifra de ternura,

déjame tornear la cerámica de tu cintura

estrechar tu amistad, tus días que otorgan luciérnagas.

                Amor, una vez más, mi beso se diluye;

una vez más, abre tu vientre con justicia,

y los límites del agua sueñan

tu alta amistad llena de aventura.