Fueron tus versos
que llamaron mi atención,
fue tu mirada
que eclipsó a mi razón
y tu sonrisa
causó mi admiración,
son tus ojos
culpables de mi enajenación,
es tu esencia
la que me ha cautivado,
y ahora
rendida estoy a tus antojos
aunque tú, no me hayas mirado.