Aluminé

Al final...

 

¡Vamos! Cuéntame una historia.

Una de esas con final feliz,

o al menos una donde yo pueda reír.

 

Es que aun no comprendo

como al pasar los días,

tú ya ni te acuerdes de mi.

¡Que tanta dicha y júbilo te cabe!

…Que puedes volver a sonreír.

 

Y yo, mirándote desde lejos

con la amargura ceñida sobre mí.

¿Cuándo será el día en el que de ti pase

y una sonrisa me embriague también a mi?

 

Solo eso te pido,

aunque en el fondo sepa que no será así.

Que por más que me cuentes,

núnca tendrá ese fin.