El lenguaje de los cuerpos
muy unidos se dan vueltas
y se entregan al embriague
del amor abren las puertas
no hay caricia que no encante
no hay mirada que no hable
siempre aliados en el alma
los dos cuerpos enlazados
con su tierno palpitar
reflejados en la noche
bajo un brillo celestial.
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Lena@DerechosReservados