En la noche de los tiempos
Me descubrí de improviso
Opacidad sin aviso
Opacidad, de la muerte
Yo que siempre tuve suerte
Hoy soy peón del ajedrez
Y esa suerte que una vez
Gobernaba y se imponía
Cada minuto del día
En los rincones de mi alma
Esa suerte trae la calma
Venenosa de la muerte…
Eso amigo, da la suerte:
Opacidad sin aviso
Que te lleva de improviso
A la noche permanente
Un simple interrogatorio
Iba a ser, y fue peor
Esa noche, del amor
Iba a ser y fue de penas
Esa noche, una condena
Planificada hace tiempo
Hizo añicos este cuerpo
Y aunque no llevó al sepulcro
Me tuvo atado al oscuro
De una venda y una herida
Diciendome: “¡Ay!... ¡la vida!
¡No hay amor, menos futuro!”
Esta noche, me interrogan
La muerte, un juez, y un tercero
Y te juro que me muero
Sin poder visualizar…
Impedido de llorar
O formar una palabra
En la opacidad macabra:
¡Permanente oscuridad!