Oh, triste soledad,
Que nadie te quiere,
Te impones con autoridad,
Y envejeces los cuerpos,
Y con tus lágrimas,
Te enorgulleces,
Nunca abandonas el propósito de la ignorancia,
Y rompes la alegría.
Y en las noches ya ni deseas ni sueñas,
Todo es triste,
Melancolía,
No encuentras apoyo,
Tú eres la que no ayuda a sonreír,
Porque solo son sombras,
Y la primavera,
Ya no importa,
Porque no ves crecer la hierba.
Todo triste, soledad,
Que invades el alma,
Porque tú eres triste,
antes de conocerte yo sonreía,
ahora en mis días ya no me abandonarás.
Sin conocerte, nunca me abandonaste,
Triste soledad.
Ya nada importa,
Todo termina, en la soledad.
Y el alma viajará donde nace el sol,
Y ya nunca habrán sombras.
Por fin, libre como el viento,
La libertad de la alegría,
Y vuelve la sonrisa.