Rio Orinoco, ¡caudaloso rio!
que solamente al nombrarte
me embarga la emoción
sabiendo que desde el malecon
puedo simplemente contemplarte
y desde estas líneas soñarte
para dejar en mi corazón
tus olas bajando al mismo son...
Llega musa a mi ser
sin saber desde donde viaja
soñando con el rio al amanecer
imaginando tu pureza...
Caudal de rio que baja
mirando tus aguas correr
en el vaiven de tus olas
puedo pintar el amor de mi mujer...
Desde una rivera hasta la otra
se puede sentir tu tropel
con la fuerza con que arrastra
el amor y el perdon también...
¿Cuanta agua rio orinoco?
¿cuanta contaminación?
¿cuantos desechos depositan?
a la orilla de tu malecon...
Sin pensar en todos estos pueblos
que en tus orillas se han alimentado
¿cuantos hombres?, ¿cuantas mujeres?
han crecido gracias al fruto que viene de ti...
¿Porque el hombre no ha aprendido?
a apreciarte padre rio
¿poque no te cuidamos?
como si fueras un niño
¡o mejor, como el viejo sabio que eres!
¡por que necesitas ya de cuido!...
Héctor Molina, 13 de junio del 2008