El dinero no es mi amigo,
no le caigo bien y no le quiero caer,
a veces le huyo
a veces es él.
Quisiera no necesitarlo,
la mayoría del tiempo te ata,
a una silla, a un lugar
a un camino
o a un pensar.
El dinero siempre es tema
cualquiera que sea la verbena
y me enferma tanta sumisión
al hacer vidas sin decisión.
A lo mejor te odio por que te quiero
pero estoy a punto de terminar de odiarte,
y moriré sin nada al punto
de terminar con mi hipocresía y dejar descansarte.