Al recibir mi amor afectuoso
en el altar de tu vida,
te doy un cariño abierto
en tu alma enamorada.
Llevas singular simpatía
por los caminos del viento,
que lleva dulce sinfonía
que engrandece el pensamiento.
Es un canto angelical
el me cuenta la brisa,
en un abrazo cordial
el que me da tu sonrisa.
Nubes y vientos se arrullan
en sus diarios encuentros,
se van borrando las huellas
pero dejando sus encantos.
Por: Manuel Palacios.