Que tienen tus piernas tan bellas,
Que sencillamente pierdo las agallas
De no desearlas y desearlas tan intensamente
Cuando su andar me es alucinante.
Que tienen tus ojos carbón de mis noches
Que me pierdo y me hallo y luego mis reproches
Por ser tú la mirada que el atino me confiere
Como si al no quererla ciegamente la vida perdiere.
Que tienen tus labios colmenas de mis besos
Que embelesado sus contornos
Revoloteen mis labios alocados
Hasta posarse en tus labios dulcemente acoplados.
Que tiene tu cara magistral
Que de pactos se confiere su dote espectral
Que las mismísimas musas gallardas te enviarían
Y el cielo y las estrellas tu hermosura alabarían.
Qué tiene su hermosura...?
Quién prudente me asegura...?
Que Dios no acate en su equivocación
Volviéndose en razón
Y al cielo regrese tu angelical aura.