Mujer de cabello de escarchas,
de largo caminar y pasos lentos,
que huellas deja el tiempo cuando te marchas,
y borras con lágrimas tus sufrimientos…
Sabes perdonar, con un abrazo;
y tu mirar alumbra el firmamento,
en las tardes de otoño cuando el ocaso,
llega a su esplendor un poco lento…
Dejas volar los polluelos del nido,
cual golondrinas sin rumbo fijo;
que al pasar de los años regresa impávido,
al mozo lugar de donde surgieron…
Colmas de amor a los impacientes,
que te abandonan dejando un vacío,
en tu vida princesa durmiente;
de sueño profundo y largo hastío…
No dejes que la memoria te olvide;
mejor que guarde tus sentidos incautos,
lejos del dolor que cubre tu mente,
como eclipse total que cubre al cielo…