Luna en eclipse, noche de ensueño,
como nunca brillo la celestina,
con sin igual color rojizo, será ceniza,
o será el color del ardiente amor.
Lentamente paso el tiempo, mientras,
las almas se encaminaban al encuentro,
buscando cobijo, en dulce armonía,
como el sol y la tierra, cubriendo la diana.
Así fue el furtivo encuentro de los cuerpos,
ardiendo de pasión y amor, el uno por el otro,
recorriendo al par; la bóveda celeste,
juntando el cometa y la galaxia.
Cuan luceros iluminaron los corazones,
enamorados el uno del otro, tras una fugaz,
pero encendida colisión celeste,
fundiéndose los dos en una nebulosa .