La gente de esta ciudad, que ya no amo,
pues se que no he de verte, se despierta,
y ya desde el principio de ese largo día,
se saben inertes y hundidos sus cuerpos vacíos.
La sombra, que cobija placeres, enterrados de otros tiempos,
ternura de aquel amor, que hoy a ti y ami nos duele.
Quiero saber que me escuchas,
pues yo hoy hecho en falta, el sabor de la música,
y el comunicarme contigo, en momentos de la noche,
Alégrate, porque no habrá un solo lugar sobre la tierra,
donde podamos encontrar, el olvido, el apetito, el sueño,
alégrate, mientras se pudre tu nombre en mi boca
y piensa, que ese sabor podrido, será el partero de tus hijos,
será la penumbra, que confunda las caras de tus pobres amantes,
y será finalmente, el esbozo, que acudirá a arropar tu ultimo frío.
En cuanto ami,,tu nombre ya es azufre en mis ancias
y no quiero mas dulce que esa miel,
ni otro sabor que ese castigo, mientras me pasen los años nefastos, feroces, miserables,
que sabre taladrar, a voces con cólera,
hasta mi infame y misericordiosa aniquilación.
Alégrate mujer, alégrate porque este dolor no va cesar
alégrate, por esta ciénagas que es donde chapoteamos todos.
Y cuando llegue el odio, alégrate porque el odio
es el mas perfecto eslabón de la cadena por donde subimos todos.
Canta conmigo, a los dioses diestro, qué nos conducen a este signo de rabia y alegría,
Porque en el fondo, quiero que esta mezquita de columnas sonoras,
tomen el foco de la noche, en lo alto de la luna,
y vean en mi corazón, una deuda que me ahoga,
quiero ver que tu alma troné de felicidad.
Que cada alma vague por lugares caprichosos,
y los que amen vaya a su mejor lecho nupcial,
para que así, sean virtuosas ,y toda pareja tenga felicidad de amor
que las manchas de la naturaleza, no prendan en sus líneas,
ni fatalidades, ni cicatrices, ni señal prodigiosa
que como a tantos, haga aborrecer con resentimiento.
Que cada alma se ponga en movimiento
y bendiga la habitación de cada lecho de amor,,,