Eduardo Urueta

Papá

Papá, hay algo
del mundo
que lo tiene
el mundo
porque lo tienes tú y eres
el mundo.

Tus manos con venas saltonas
son un mueble de madera, carpintero, contador

Recuerdo la oficina que te cuidaba con archivos de azafatas y capitanes
"mexicana" no era una mujer de México, era una empresa
que hoy muerde la casa, como una paloma mutilada...

El ajedrez en tu cabeza, el juego de todos tus años
yo siento que tú eres media cholla de Garry Kasparov
y media de algún santo
no más nobleza que la de tus ojos
no más encanto que tu voz cantando ópera
también debiste haber sido lo doble que Pavarotti
le hubieras cantado a todos para reventar los tímpanos y el cerebro
si yo te lo pidiera
pero estás en este bálsamo
haciendo eco y pintando tu voz en las paredes.

A pesar de ser salvado un día por un crucifijo
dejaste de ser católico cuando sudaste por nuestra salvación
la de tus hijos y la de mi mamá
desde entonces la casa ya no huele a palmeras secas de "domingos de ramos" pasados, pero nunca dejó de oler a biblia, a dios.
Para mí dios son tus ojos que me regalas diario
depende nuestra luz de tu mirar en cada uno.
Tu piel morena es mi piel morena
soy el semen tuyo, de nueve meses en mamá, crecido
blanco de mis ojos.

Amor de Julio, unión de Febrero y Agosto.
llevar tu nombre y tu apellido es volver al origen
celebrar la sangre, inaugurar cada día de ti
desde la cama a mi muerte.

Eres la tormenta que se durmió
y que dejó germinadas todas las tierras mías
el más elegante de los señores
porque tú eres el amor de todos los días.