GÉNESIS
En la nada de todo estaba El y su memoria
El infinito se llevó la nada.
Una rueda perfecta de soles comenzó su danza equilibrada
Y el fuego de la fuerza maravilló
Las tinieblas se hicieron luz y la luz se internó
En las grandes masas de agua que se llamaron mares
Una lumbrera quedó vigilante y acompañó el misterio de las sombras
Las semillas de la vida estaban latentes en cada átomo
Y los ríos, las montañas, las praderas, los árboles y las piedras
Mostraron el amparo de lo bello
Una lluvia inmortal cantó su himno
El cordero pisó la tierra y la tierra se volvió hierbas
Los planetas se unieron con el vuelo de las aves.
Un antídoto de amor, venció la mordedura de la serpiente
Que bebió barro sempiterno
Dios amasó arcilla con sus manos de tiempo
Para la creación de la obra cúspide.
Aunque aguardara corona de lágrimas
Y no esperara advenimientos,
Solo danzar con la vida, esperando la muerte
Teresa Ternavasio
16/06/2011