Dios te ha puesto en éste mundo por algo,
Te ha puesto a prueba mandándote toda clase de artimañas
Sin embargo has salido victoriosa
Y con la frente muy en alto.
Tu nombre es hermoso pero a la vez inspira respeto y amor.
Tú que sola has sacado adelante a seis criaturas,
A las que has criado y amado como toda madre pero
Que las has defendido como una leona a sus crías.
Bendito sea Dios por ponernos en el mismo camino
Y por bendecirme con tu sangre por mis venas.
Señora venerable, permita usted que éste poema
La llene de alegría y de emoción.
Señora de los mil remedios y las quinientas recetas,
Permítame darle el abrazo que siempre he querido darle
Y déjeme alagarla con éstas humildes palabras
Tú, apacible mujer eres como el viento
Hay días que eres una brisa refrescante de primavera
Y otras veces eres un ventarrón de otoño
Que nubla los cielos, pero protege a los suyos.
Con éstas palabras sello lo que me ha dictado mi corazón y así manifiesto la voluntad del mismo.
© Antonio Quesada Espinoza. Todos los derechos reservados