En medio del camino, al
final de la nada, olí tu
pensamiento… su aroma
percibí en tu mirar: lenguaje
ocular de tu persona que
expresa los detalles de tu
mente.
Umbral de mi camino, aún
sin caminar, tú eres mi
destino aunque no pueda
andar y te daré mis hullas
de principio a final como
aquél peregrino que no
puede parar.
Asumo recorrerte como
buen caminante…
saborearé tu risa, me uniré
a tus recodos y tus bordes de
miel besaré con mi aliento
cuan álamo frondoso
sombreando tus orillas.
PABEDIZ…