Yo lo único que sé y no sé tanto
de sabio no presumo ni me asombro…,
ni soy lobo de mar ni soy escombro
¡vivo en la alegría! y, en el quebranto.
Escribo mis vivencias y no nombro
el pesar que se acumula en este llanto
que se anega quizás (que es desencanto)
Es una cruz tan pesada aquí en mi hombro;
soy transeúnte -pregono mi historia-
Me lleva la chingada que me trajo
¡arranco de mi vida! –La memoria-
Y caigo por orgullo ya muy bajo:
al escribirte a ti que eres escoria…,
fue sólo por buscar algún atajo