Anoche yo te soñé
y mil veces desperté
Soñé que tú me besabas
y acariciabas mi piel.
Me convertí
en un torero
para trabajarte bien
yo te hice tal fana
que al colchón puse de pie.
Te di largas de rodilla
con mi lengua en tu hendidura
al escuchar tus gemidos
te a garre por la cintura
rozaron mi taleguilla
tus pezones puntiagudos
y sentí cierto esconzó
al con tastó de tus pechos
que con fuego me que marón
esos pezones tan duros.
Te di dos pases de pecho
a los que bien me arrime
y gritamos los dos juntos
al quemarse nuestra piel.
Redondos estatuillas
manoletinas y más
cuando te clave la espada
a la hora de matar
te pusiste de rodilla
te envestí por el trasero
te puse una banderilla
que aplaudiron los floreros
y al clavarte bien mi estoque
buscaste el burladero
a la alegría de mis toques.
El silencio se rompió
gemidos por pasos dobles
y las palmas de mis manos
en tus muslos mil redobles
me galopaste frenética
con tu melena
a los vientos
y di dos vueltas al ruedo
casi sin conocimiento.
Después cabalgamos juntos
al unisonó en montera
empecé a regar tu flor
como lluvia
en primavera
me aplaudías
con tus besos
pues te gusto mi faena
mientras mi rabo
explotaba
bien metido
entre tus piernas.
Autor. Joaquín Méndez.
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21/06/11.