Diaz Valero Alejandro José

El trébol de cuatro hojas (Cuento)

En una plantación de tréboles  sobrevolaban cuatro mariposas, ellas a veces se daban un paseo por allí, alejadas de las flores, para descansar un poco la vista de tanto colorido floral que a veces las encandilaba con los rayos del sol.

 

En algunas ocasiones llegaban al jardín algunos niños traviesos, de esos que les encanta atrapar mariposas,  y ellas intentando huir de aquellos ataques se iban de vez en cuando a retozar entre los trebolares.

 

Cuentan que una vez un niño travieso, comenzó a perseguir a las cuatros mariposas que ya habían abandonado el jardín y se habían dirigido  hacia el lugar acostumbrado, donde los tréboles siempre las esperaban.

 

 En vista del peligro que corrían un trébol, que había adivinado la mala intención del niño travieso les propuso que se posaran ante él, quietecitas con sus cabecitas juntas, para hacerle creer al niño que eran un trébol más.

- Pero es que somos cuatro, no tres, dijo una de las mariposas

- No importa, inventaremos un trébol de cuatro hojas, respondió el trébol

-Pero serán tréboles muy escasos, dijo otra mariposa

- Bueno, como escasas también son cuatros mariposas volando en un trebolar

 

Y no se habló más; las cuatro mariposas unieron sus cabezas, detuvieron su volar, y dieron origen al famoso trébol de cuatro hojas, el cual dicen que es de buena suerte y se hizo famoso en todo el planeta.

 

El trébol ante esta situación informó a la colectividad que cuando vean un trébol de cuatro hojas, no intenten desprenderlo del tallo, porqué en realidad no es un trébol, son simplemente cuatro amigas mariposas intentando huir de sus captores.

 

Aquellas mariposas, intentando huir de un niño travieso, ahora son buscadas y codiciadas por el mundo entero, y ellas, convertidas ya en un trébol, se van felices con sus alegres poseedores a brindarles una nueva oportunidad a ver si la fortuna les sonríe.

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